viernes, 21 de octubre de 2011

Mahmud Darwish . poeta palestino




Este poeta palestino nacido el 13 de marzo de 1941en el seno de una numerosa familia de Al-Birwahabía escrito obras como “Pájaros sin alas”,“Hojas de Olivo”, “Identidad”, “El fénix mortal”, “Estado de sitio” y “El lecho de una extraña”, entre otras. Sin embargo, es importante destacar que Mahmud Darwish no fue un escritor del montón. Este hombre, cuya producción literaria ha sido traducida a una gran cantidad de idiomas, estaba considerado como “el poeta nacional palestino” (o el poeta de la resistencia) y se había convertido en uno de los autores árabes más célebres de la actualidad. Entre los reconocimientos obtenidos durante su carrera se encuentran, por ejemplo, el Premio Lotus, el Lenin, el Premio de la Fundación Lannan a la Libertad Cultural y la medalla de Caballero de las Artes y las Letras de Francia. Tras concluir sus estudios secundarios, Darwish fue coeditor de la revista La Aurora, perteneciente al Partido Comunista de Israel, y comenzó a publicar contenido poético en el diario “El Nuevo” (donde llegó a ser editor) y la revistaLa Unidad. Tiempo después, entre 1961 y 1970, el escritor fue arrestado en varias oportunidades por sus trabajos literarios y su militancia política opositora a la ocupación de Palestina. Así fue como Darwish decidió abandonar el país e instalarse primero en El Cairo y, luego, en Beirut, donde ingresó a laOrganización para la Liberación de Palestina (OLP). Más tarde vivió en Parísy en Túnez, y dirigió la revista literaria “El Carmelo”, además de presidir la Liga de Escritores y Periodistas Palestinos.



DE UN CIELO A OTRO SEMEJANTE 
PASAN LOS SOÑADORES

(1995)
Dejamos nuestra infancia a la
mariposa cuando dejamos
un poco de aceite en los peldaños,
pero olvidamos saludar a nuestra hierbabuena,
olvidamos saludar furtivamente a nuestro mañana
tras nosotros.
La tinta del mediodía sería blanca si no estuviera
el libro de la mariposa en torno nuestro.
Mariposa, fiel a ti misma, sé como
quieras,
antes y después de mi nostalgia.
Deja que sea tu ala y que mi locura viva
conmigo cálida.
Mariposa, madre de ti misma, no me abandones
a la suerte que me destinan.
No me abandones.
De un cielo a otro semejante, pasan los soñadores,
séquito de la mariposa,
portando espejos de agua.
Nosotros podemos ser como anhelamos.
De un cielo
a otro semejante
pasan los soñadores.
La mariposa teje con la aguja de luz
los atavíos de su comedia.
La mariposa nace de sí misma
y danza en el fuego de su tragedia.
Mitad Fénix. Lo que le ha rozado nos roza.
Una semejanza agazapada entre luz y fuego,
entre dos caminos.
No. Nuestro amor no es descuido ni sabiduría.
Siempre así, así... así.
De un cielo
a otro semejante
pasan los soñadores.
La mariposa es agua que ansía volar.
Se escapa del sudor de las muchachas y crece
en la nube de los recuerdos.
La mariposa no declama el poema,
es tan ligera que rompe las palabras
como rompen los sueños los soñadores.
Que esté.
Que nuestro mañana esté con nosotros
y también nuestro pasado.
Que nuestro hoy esté presente en el banquete de
este día,
preparado para la fiesta de la mariposa.
Y los soñadores pasan sanos y salvos
de un cielo a otro semejante.
De un cielo a otro semejante, pasan los soñadores.
(Traducción de María Luisa Prieto)
SIN EXILIO, ¿QUIÉN SOY?
(1999)
Extranjero a orillas del río, como al río... me ata
a tu nombre el agua. Nada me devuelve de mi lejanía
a mi palmera: ni la paz ni la guerra. Nada
me incorpora a los Evangelios. Nada...
Nada brilla mientras sube y baja la marea
entre el Tigris y el Nilo. Nada
me apea del bajel de Faraón. Nada
me tiene o hace que yo tenga una idea: ni la nostalgia
ni la promesa. ¿Qué haré? ¿Qué
haré sin exilio, sin una larga noche
que escrute el agua?
Me ata
a tu nombre
el agua...
Nada me lleva de las mariposas de mi sueño
a mi realidad: ni el polvo ni el fuego. ¿Qué
haré sin la rosa de Samarcanda? ¿Qué
haré en una plaza que bruñe a los rapsodas con piedras
lunares? Tú y yo nos hemos vuelto tan ligeros como nuestros hogares
a merced de los vientos lejanos. Hemos trabado amistad con los raros
seres que habitan las nubes... Nos hemos liberado
del peso de la tierra de la identidad. ¿Qué haremos... qué
sin exilio, sin una larga noche
que escrute el agua?
Me ata
a tu nombre
el agua...
Sólo tú quedas de mí, sólo
yo de ti, un extranjero que acaricia el muslo de su extranjera: Oh
extranjera, ¿qué vamos a fabricar en esta calma
que apuramos... en esta siesta entre dos mitos?
Nada nos tiene: ni el camino ni la casa.
¿Fue este camino así desde el principio,
o acaso nuestros sueños hallaron una yegua
de los mongoles sobre la colina y nos sustituyeron?
¿Qué haré?
¿Qué
sin
exilio?
(Traducción de Luz Gómez García)
TENGO LA SABIDURÍA DEL CONDENADO A MUERTE
(2003)
Tengo la sabiduría del condenado a muerte:
No tengo cosas que me posean.
He escrito mi testamento con mi sangre:
“¡Confiad en el agua, moradores de mis canciones!”.
He dormido ensangrentado y coronado con mi mañana...
He soñado que el corazón de la tierra era mayor que
Su mapa
Y más claro que sus espejos y mi cadalso.
He creído que una nube blanca me
Ascendía,
Como si yo fuera una abubilla con el viento por alas.
Y al alba, la llamada del sereno
Me despierta de mi sueño y de mi lenguaje:
Vivirás en otro cadáver.
Modifica tu último testamento.
Se ha retrasado la fecha de la segunda ejecución.
¿Hasta cuándo?, pregunto.
Esperaré a que mueras más.
No tengo cosas que me posean, respondo,
He escrito mi testamento con mi sangre:
“¡Confiad en el agua,
moradores de mis canciones!”
Y yo, aunque fuera el último,
Encontraría las palabras suficientes...
Cada poema es un cuadro.
Pintaré ahora para las golondrinas
El mapa de la primavera,
para los que pasan por la acera, el azufaifo
y para las mujeres el lapislázuli...
El camino me llevará
Y yo le llevaré a hombros
Hasta que las cosas recobren su imagen
Verdadera,
Luego oiré lo genuino:
Cada poema es una madre
Que busca a su hijo en las nubes,
Cerca del pozo de agua.
“Hijo, te daré el relevo.
Estoy encinta”.
Cada poema es un sueño.
He soñado que soñaba.
Me llevará y le llevaré
Hasta que escriba la última línea
En el mármol de la tumba:
“Me he dormido para volar”.
Y llevaré al Mesías zapatos de invierno
Para que camine como los demás
Desde lo alto de la montaña hasta el lago.
ººººººººººººººººººº

5 comentarios:

  1. "¿Qué haré? ¿Qué
    haré sin exilio, sin una larga noche
    que escrute el agua?"


    El misterio y el extrañamiento del hombre confinado a una "larga noche". Extranjero en la intemperie, se pregunta por su verdadero destino.

    Gracias Artesanías por haber podido acceder a este maravilloso poeta.
    Ofelia

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  2. Como un soñador sin exilio asume la sabiduría del condenado a muerte y sin embargo vuela entre un cielo y otro y busca su sentencia.

    Hermosos sus poemas.
    Celmiro Koryto

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  3. Me gusta leer poetas de otras tierras que uno cree que piensan de otra manera o desconoce la manera de decir poesía y cree que son más fríos o no tienen la calidez de los latinos por ejemplo. Es un error, estos poemas son sabios y maravillosos.

    Andrea Casas

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  4. Mahmud Darwish es un increíble poeta palestino. Su obra une el desgarro de su exilio y la inmensidad de su amor por la tierra madre:

    "Hasta que escriba la última línea
    En el mármol de la tumba:
    “Me he dormido para volar”.
    Y llevaré al Mesías zapatos de invierno
    Para que camine como los demás
    Desde lo alto de la montaña hasta el lago".

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  5. El dolor impregna una estética poética que dice un sentir sin ambiguedades, C.A.T.

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