Un escritor que no necesita presentación
Por Cristina Pailos
Este escritor japonés de 62 años es además, traductor, y por lo tanto muy conocedor de la literatura y el arte de occidente. Es notoria la influencia de autores que ha traducido como Raymond Carver, Scout Fitzgerald o John Irving, además, creo que también es discípulo de Orwell y Kafka.
Su extensa obra ha cautivado tanto a sectores académicos como a la enorme masa de lectores de best-sellers en el mundo.
Acá tengo que admitir que precisamente por su condición de best-seller, demoré tanto en leerlo. No es fácil luchar contra prejuicios y más cuando en muchos casos se encuentran indiscutibles fundamentos para el rechazo. Empecé por imponerme no realizar clasificaciones intuitivas a priori porque siempre que no redunde en perjuicio de la obra, no tiene por qué ser mal visto el éxito económico y por otra parte, si los escritores fueron cambiando y no se ciñen con rigidez a abordar un género determinado y hay fusiones muy ricas , híbridos muy inteligentes en literatura, en música o en pintura, es importante modificar nuestra receptividad para abarcarlas, o al menos, conocerlas. Un best-seller puede ser alguien que conoce muy bien esos resortes que un gran público reclama.
Hoy se cuestionan las distinciones entre alta y baja cultura, a menudo a través del uso del pastiche o la combinación de temas y géneros que previamente fueron considerados como mezclas impresentables en la literatura. Y ese sería un esbozo de la literatura postmoderna que empezó a insinuarse desde la Segunda Guerra Mundial.
Precisamente, Murakami está considerado uno de los escritores postmodernos más exitosos. Por supuesto que este párrafo no pretende sintetizar qué se entiende por literatura postmoderna, pero por el momento dejémoslo aquí. La tentación de irme por las ramas hay que serrucharla en cuanto aparece.
En primer lugar descubrí que en este escritor no hay meros artificios como se da en muchos contemporáneos sino que hay reflexión, hay una gran metáfora de una visión del mundo bastante sombría. No hay tono de drama, por el contrario, el autor tiene un alto sentido del humor e intenta expresarse a través de un narrador calmo y objetivo, pero todo lo que sucede es dramático, ocurren situaciones extrañísimas pero contadas como si fueran absolutamente normales. No se trata de best-sellers de historias gratas, entretenidas y olvidables, pero como todo escritor postmoderno, si bien se sitúa frente a un mundo caótico, evita la búsqueda de un significado. Diría, que en algún momento, con humor o recursos juguetones o triviales nos desvía de esa búsqueda, de la necesidad de respuestas racionales que nos vienen desde el Iluminismo. Pero de todos modos, es evidente que al autor lo mueven otros objetivos artísticos y , desde su peculiar manera de imaginar ,existe en sus historias un orden invisible de la modernidad que quizás sea más real que lo que vemos.
Murakami trata de minar la frontera entre lo real invisible y lo irreal existente. Ocurren hechos extraños que desafían la lógica de los personajes; la sabiduría consiste en tomar las cosas como vienen, aceptarlas en toda su extrañeza, sin caer en el simplismo o en lo obvio. Las cosas “extrañas” ocurren como si fueran normales, sin casi llamar la atención, sólo son una consecuencia lógica de lo que ha venido narrando. La vida cotidiana muestra o permite imaginar tantas aristas extrañas que la ficción realista hace rato que ya no puede abordarla. Leer a Murakami es como meterse en el sueño de otra persona.
La amplia obra de este autor - ficción o no ficción- continúa ocupando la atención de comentaristas y fue distinguida con numerosos premios entre ellos el Premio Franz Kafka en 2006 y el Premio Jerusalem en 2009.
No he leído toda su obra y por lo tanto no estoy en condiciones de afirmar lo que sostienen algunos de sus críticos y detractores: consiguió una fórmula que resultó exitosa y la siguió repitiendo, pero eso también podría decirse de muchos autores del realismo mágico. Habría que estudiarlo mejor.
Creo que para entender parte de su ficción habría que comenzar leyendo una obra de no ficción: Underground (Subterráneo) que ni siquiera sé si ya fue traducida al castellano. A pesar de no tratarse de un cuento o una novela mantiene en su exposición el tono de distanciamiento que utiliza Murakami en sus escritos.
Underground se centra en los ataques con gas sarin que la secta pseudo-budista Aum Shinrikyo derramó en el subterráneo de Tokio en 1995 . Se produjeron muertes y gran cantidad de heridos, al punto de considerarse la peor atrocidad después de Hiroshima y Nagasaki.. La primera parte del trabajo contiene entrevistas a las victimas y la segunda parte es una colección de entrevistas a miembros y ex miembros de la secta Aum. De este cotejo surgen sorprendentes similitudes. Victimas y victimarios van revelando lentamente claros aspectos de la mentalidad japonesa. Mas adelante los divide en categorías por líneas de subterráneo y por tipología de pasajeros que viajaban en los trenes envenenados. Los pasajeros son tomados al azar y constituyen sólo una pequeña muestra de la población japonesa, un tema se vuelve evidente y es la esencia azarosa de la vida a juzgar por los propios entrevistados.
Estas victimas sobrevivientes se encuentran profundamente consternadas pero la pena, sin embargo, no pasa por el acto de terrorismo en sí mismo, sino que todo pareció pasar por la mala suerte que tuvieron y que podría haberse evitado fácilmente si no hubieran estado en un tren tóxico.
Un capítulo abre con el título “Volviendo atrás, todo se dio porque el micro llegó dos minutos antes”. Otra victima recuerda: “La noche anterior al ataque con el gas, la familia expresaba durante la cena – que afortunados somos-. Cada una de las victimas usaba la palabra “suerte” para explicar por qué ellos fueron los elegidos aquel lunes 20 de marzo de 1995. Sus sentimientos de impotencia frente a los caprichos de las fuerzas de la naturaleza u otras circunstancias y la resignación o bien el fastidio de esa interrupción en un día de trabajo, en hacer lo que hay que hacer todos los días: el cumplimiento con el ethos japonés.
Los miembros de la secta, también mostraban ciertos rasgos en común con las víctimas. El primero consistía en repetir que habían sido presas de la insanía de un “guru”, Shoko Asahara.
Underground no pretende investigar una forma especial de locura que bien puede producirse en cualquier otra ciudad en el mundo sino a explorar aquí su contexto propio. Se señala la miopía de los medios en centrarse en la demencial secta en lugar de hacerlo en las reacciones del ciudadano japonés. Le dedican muchas páginas a la secta pero no analizan el origen de esas alienaciones. El aberrante gurú quizás se planteó en algún momento volver a la espiritualidad o a la individualidad perdida ante tanto consumismo como religión y bien cultural de la sociedad japonesa actual. Y el sobreviviente del ataque terrorista tampoco asume la alienación de la vida actual. Sólo se preocupa porque le falló la suerte o que tuvo que faltar al trabajo. Por no ser ficción quizás sea el material más japonés de toda la prolífica producción del autor, pero lo cierto es que la realidad que no vemos y lo invisible que está vivo y bastante a la vista, están presente siempre en sus obras y es el ámbito donde se desarrollan, sean ciudades reales o de fantasía.
Quizás el tema de la gente atrapada hasta la esclavitud por la sociedad de consumo y lo que es peor, sin cuestionarla hizo que Murakami ganara respeto como escritor y critico social.
Acabo de leer EL FIN DEL MUNDO Y UN DESPIADADO PAIS DE LAS MARAVILLAS de Haruki Murakami
Traducción del japonés al español : Lourdes Porta Fuentes. Colección andanzas. Editorial Tusquets.2009
Se trata de dos obras que se desarrollan paralelas en el libro aunque nada nos hace suponer que sus asuntos respectivos se refieran a tiempos simultáneos, o a lugares cercanos uno del otro. Ambas escritas en primera persona por un narrador cuyo nombre jamás se menciona como tampoco el de ninguno de los personajes. En una se advierte que estamos en Japón pero todo lo que ocurre bien puede ocurrir en cualquier ciudad del mundo contemporáneo donde haya yuppies sólo concentrados en su profesión, el rédito económico y el esnobismo aunque no carezcan de formación cultural o esa formación no le permita encontrar otras respuestas. La otra quizás se desarrolle en nuestro inconsciente, o se trate de sueños, pesadillas, sensaciones que tratamos de borrar para no tener que tomar una decisión que desconocemos. Ambas narraciones son fuertes porque se trata de manipulación de la conciencia. ¿Son thrillers? Sí, son thrillers y también ciencia ficción en un tono de distanciamiento como para que no perdamos de vista nuestra condición de lectores ni entrar en el mundo del personaje y producirnos catarsis. (Bertold Brecht hubiera festejado esta forma postmoderna de escribir). La utilización del humor cumple también con ese objetivo y las frecuentes referencias al cine ( el recuerdo de películas de todos los tiempos) o a la música (clásica, jazz, rock) son la intromisión del escritor sobre el narrador, para distanciar un poco más. Ya al comenzar el primer capítulo de El Despiadado País de las Maravillas, cuando el narrador protagonista ingresa en el edificio extraño, sin ventanas, sin ningún rasgo que lo identifique, sin la más mínima ornamentación, sin sonidos, presiente con indiferencia un paso hermético hacia otro mundo y al referirse a la opresión y extrañeza que le produce el ascensor en el que no se siente si sube, si baja o si está detenido, lo compara con un ataúd y se acuerda del gran mago Houdini que había visto en una película. Las comparaciones entre objetos extravagantes con otros de la vida cotidiana se agregan con frecuencia a los recursos humorísticos y de distanciamiento.
Son cuarenta capítulos. Veinte para cada narración . A un capítulo de una historia le sigue otro de la otra historia pero hay momentos en que percibimos los mismos elementos aunque aparentemente cumplan distintas funciones. En ambas historias hay cráneos en estantes y aparece la figura mítica del unicornio.
Hay también una cierta trampa. En EL DESPIADADO PAIS DE LAS MARAVILLAS el narrador ha dejado de ser un engranaje de un misterioso proyecto informático, neurológico y lingüístico para pasar a ser el proyecto en sí. Su cerebro fue manipulado y el password para ingresar se llama precisamente “Fin del Mundo”. Nada tiene que ver con la obra paralela que se llama FIN DEL MUNDO.
Así como en El Despiadado país de las maravillas, el ascensor-ataúd nos presagia una realidad hermética sin salida, en Fin del Mundo, lo primero que llama la atención a este otro protagonista al ingresar a esa extraña ciudad amurallada y el guardia con el cerrojo en la mano, y su cuidada colección de armas cortantes muy afiladas es la presencia de animales sumisos, muy sumisos, “como si meditaran”, calmos. Y a cada pregunta siempre encuentra la misma respuesta: “Es así según lo que está establecido”.
La imposición sin explicaciones surte su efecto. A pesar de que lo han separado de su sombra, es decir, de una parte del sí mismo y le han dañado la vista para que sólo se concentre en leer sueños, el protagonista no escapará porque no puede, porque ya se acostumbró a ese fin del mundo.
Esta ciudad encerrada también puede estar ubicada en nuestro inconsciente. No estamos bien pero es cómodo no escapar.
Hay quienes critican a Murakami por su impresionante éxito comercial y aducen que encontró una fórmula exitosa que repite . Lo que no repite es lo que la mayoría de los escritores de best-sellers usan: el final feliz. Aquí ambas historias terminan mal porque ambas formas de vida son en realidad opciones de muerte.
Es por eso que me referí al principio a Underground (El subterráneo). Para el autor, tanto los sobrevivientes del atentado que en ningún momento se preguntan qué está pasando en la sociedad para que surjan estos grupos de locos, como esos sectarios que quieren volver a una espiritualidad neobudista sin saber cómo hasta enloquecer no encuentran su lugar en el mundo.
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¿Es el unicornio mito o realidad? En estas narraciones poco importa. Ambas alternativas son válidas porque la realidad es dudosa o no existe. ■
Unicornio
El unicornio (del Latín unus, ‘un’, y cornu, ‘cuerno) es una criatura mitológica. Aunque la imagen popular moderna del unicornio a veces difiere de la del caballo en lo que respecta al cuerno de su frente, el unicornio tradicional también tiene una barba caprina, una cola de león y pezuñas hendidas, características que lo distinguen totalmente del caballo. Marianna Mayer notó en su libro ‘The unicorn and the lake’, que ‘el unicornio es la única bestia fantástica que no fue concebida a partir de los temores humanos. En las referencias más antiguas aparece como una criatura fiera pero bondadosa, generosa pero solitaria, y siempre misteriosamente hermosa. Sólo se lo puede capturar por medios malignos, y su cuerno puede neutralizar el efecto del veneno según se dice’.
Otras novelas de Murakami traducidas al castellano:
La caza del carnero salvaje- Anagrama- 1992
Tokio Blues (Norwegian Word) , Tusquets, 2005
Al sur de la frontera, al oeste del sol –Tusquets- 2003
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo- Tusquets, 2001
Sputnik, mi amor- Tusquets- 2002
Kafka en la orilla- Tusquets- 2006
Alter Dark- Tusquets- 2009
1Q84- Tusquets- 2011
Una nota excelente y un Murakami que me persigue desde hace algunos años en su lectura. HE leido 4 de los títulos y me parece un escritor muy interesante por su estilo.
ResponderEliminarPero vuelvo a releer siempre un cuento que se llama "El hombre de hielo" y siempre encuentro algo que se me pasó.
Gracias Cristina por la nota.
Celmiro
Tengo que confesar que he leído poco de este autor.
ResponderEliminarGracias por la información.
amelia
Cuando leí a Murakami por primera vez (Tokio blues) quedé impresionado por su escritura, por la suavidad sin clishés ni lugares comunes, la peofundidad y la durezaque cuenta sin dramatismos, tan impropios de los bestselleristas que nos abruman con sus obras tan espectaculares y vacías. Telenovelas que abruman a quienes deseamos leer literatura de la mejor. Nota brillante, Cristina
ResponderEliminarUn análisis aleccionador para los que no leímos la obra Haruki, interesante y fluída como nos tiene acostumbrados la autora, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarEl análisis de " Underground" me ha dejado fascinada por el enfoque no sólo del acto terrorista sino por aquello que los miembros de las sectas tenían rasgos comunes con las víctimas; también, la introducción del azar como parte de las situaciones.
ResponderEliminarNo he leído nada del autor. Pero el artículo me ha apasionado y abierto grandemente mi curiosidad.
Felicitaciones Cristina.
MARITA RAGOZZA
muy bueno tu análisis Inteligente y con gotitas de humor ácido.Es motivador para la lectura.
ResponderEliminarcariños
cris de palermo
He leído todo lo que pude encontrar de Murakami y creánle a Cristina, vale la pena. Creo que este artículo cumplió con su cometido si despertó en los lectores las ganas de leer a Murakami. Gracias Cristina
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por sus comentarios.
ResponderEliminarCristina
Amelia decía que ha leído poco de este autor, y la verdad que peor yo que no lo leí pero eso sucede cuando por lo general privilegias un género literario y no podemos con todo. Antes me sentía un poco culpable por no leer autores que para muchos eran reconocidos. Ya no es así, y no lo es desde un día que estando con gente muy muy capa por todo lo que sabe, dije el nombre de un libro super reconocido y nadie lo había leído. Entonces pensé que es así, algunas personas leerán una cosa, otros buscaran un camino diferente, lo importante es leer y tener la oportunidad - de pronto - de recibir este texto de Cristina que nos da a conocer un autor y seguramente ahora sí, buscaré leerlo y tal vez llegue a ese "Hombre de hielo" que tanto impactó a Celmiro. Gratificante nota Cris, felicitaciones.
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