"Hay alguien"
Hay alguien dentro de mí.
O quizás algo mágico, ha quedado después...
Siento su presencia desde el momento en que me aíslo
y coloco el cerrojo de mi alma.
Huelo su piel de espuma y lavandas.
Me palpa el cuello con labios invisibles, estremeciéndome.
Baja, tanteando mi cuerpo, como un lamido suave,
indagando mis sensaciones.
Escucho su voz cadenciosa, casi en un susurro.
No puedo palparlo, ni asirlo.
Pero lo intuyo.
Se desliza en el espacio y mueve, imperceptiblemente,
las cortinas que me separan del mundo de los otros.
Dibuja la sonrisa de mi rostro en la foto fondomar,
donde bailo en la arena.
Vuela, como una hoja en otoño, meciéndose en el aire
con un silbido.
Ilumina las paredes con colores,
bosquejando mi silueta y la suya.
Si dejo a su merced la página del libro que abro al azar,
encuentro sus palabras.
Talla un hueco en mi cama y entibia las sábanas
en las noches eternas de desvelo.
Me acaricia, con la suavidad de una pluma,
y eriza mi piel cuando comienzo a adormecer.
Aparece en el sueño
y olvido su nombre al despertar, inquieta, por las noches.
Sé que está a mi lado cuando tomo el café de la mañana
arrellanada en el sofá.
Acompaña mi cena frugal,
sentado a mi mesa en la silla de enfrente.
De alguna forma perdura,
sólo en mí, cuando me indago.
No en la oficina, ni en el viaje en subte,
ni en el reto del día fuera de este lugar,
mi memoria más oculta:
El pequeño refugio de la soledad.
Donde nació aquel vínculo.
Y nos amáramos,
fugitivos del tiempo...
Hay alguien dentro de mí.
O quizás algo mágico, ha quedado después...
Siento su presencia desde el momento en que me aíslo
y coloco el cerrojo de mi alma.
Huelo su piel de espuma y lavandas.
Me palpa el cuello con labios invisibles, estremeciéndome.
Baja, tanteando mi cuerpo, como un lamido suave,
indagando mis sensaciones.
Escucho su voz cadenciosa, casi en un susurro.
No puedo palparlo, ni asirlo.
Pero lo intuyo.
Se desliza en el espacio y mueve, imperceptiblemente,
las cortinas que me separan del mundo de los otros.
Dibuja la sonrisa de mi rostro en la foto fondomar,
donde bailo en la arena.
Vuela, como una hoja en otoño, meciéndose en el aire
con un silbido.
Ilumina las paredes con colores,
bosquejando mi silueta y la suya.
Si dejo a su merced la página del libro que abro al azar,
encuentro sus palabras.
Talla un hueco en mi cama y entibia las sábanas
en las noches eternas de desvelo.
Me acaricia, con la suavidad de una pluma,
y eriza mi piel cuando comienzo a adormecer.
Aparece en el sueño
y olvido su nombre al despertar, inquieta, por las noches.
Sé que está a mi lado cuando tomo el café de la mañana
arrellanada en el sofá.
Acompaña mi cena frugal,
sentado a mi mesa en la silla de enfrente.
De alguna forma perdura,
sólo en mí, cuando me indago.
No en la oficina, ni en el viaje en subte,
ni en el reto del día fuera de este lugar,
mi memoria más oculta:
El pequeño refugio de la soledad.
Donde nació aquel vínculo.
Y nos amáramos,
fugitivos del tiempo...
Así es querida Susana , hay vículos que hemos internalizado que ya son parte de nuestra
ResponderEliminarpiel.
Gracias.
Muy sensual y bella , se percibe en la piel cuando se leè , besos Ali !!
ResponderEliminarUn amor con enlaces de fuego y lágrima . . .y la perdurabilidad.La autora me maravilla también cuando escribe sobre el amor y desamor.
ResponderEliminarFelicitaciones , Susana.
MARITA RAGOZZA
¡Gracias por publicarlo, leer y reinterpretar haciendo crecer los sentidos del poema!
ResponderEliminar"Hay alguien dentro de ELLA.
ResponderEliminarO quizás algo mágico, LE ha quedado después"...
Incansable, Alicia Susana Gómez compone poemas, escribe denuncias, respira lucha y solidaridad. Ësa es Ali, la maestra que inspira cariño y respeto por su presencia imborrable en la lucha popular.
Poema íntimo que enlaza lo mágico entre sensación y ser donde el recuerdo es perdurable en los cerrojos que abren la piel.
ResponderEliminarHermoso
Celmiro
Hay un poco de tristeza y una sensualidad delicada, tan suave que seduce.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty Badaui