Hija de padres belgas, nació en Bruselas en 1951, nacionalizándose española desde los 17 años. Es doctora en Filosofía Pura y profesora titular de Estética y Teoría de las Artes en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga, en la que imparte enseñanza desde 1990.Vivió un año en Benarés, India, en cuya universidad se especializó en Filosofía y Religión India. Ha colaborado con críticas de filosofía, estética y pensamiento oriental en el Suplemento Cultural de los diarios ABC y El País. Como poeta, ha publicado, entre otros, «Semillas para un cuerpo» 1987, Premio Leonor de poesía «Hainuwele» 1990, Premio Ricardo Molina , «La otra orilla» 1990, «Poemas a mi muerte» 1994, Premio Santa Cruz de La Palma , «Conjuros» 2001, «Lógica borrosa» 2002, «Matar a Platón» 2004, Premio Nacional de Literatura, y "Notas al margen". Con la obra "Hilos", publicada en 2007, 0btuvo el Premio Nacional de la Crítica. Ha cultivado la prosa poética en «Filosofía en los días críticos», «Diarios 1996-1998» y «Benarés». Ha traducido y editado a Henri Michaux y ha colaborado en distintos proyectos y actividades editoriales como la realizada conjuntamente con Jesús Aguado, de la cual ha resultado una colección de libros (poesía, ensayo y teatro) de textos clásicos de la tradición india, editados en Benarés. Entre sus ensayos se destacan los títulos «La creación por la metáfora» 1992, «El crimen perfecto», «Aproximación a la estética india» 1993, «Confucionismo, taoísmo y budismo» 1995 «La razón estética» 1999. ■
El cansancioEl cansancio. De nuevo, el
cansancio. El esfuerzo por
sobrevivir. Reiterado
Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.
Elegir quedar.
Toda nube
lleva una trayectoria. Asumir
la trayectoria. Imposible
barrer todo siempre. Está el
cansancio.
Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.
Entonces,
por un momento, ahora.
Sin voluntad. Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. En trayectoria.
De "Hilos" 2007
4. Resurrección en la tierra
Mirar al cielo. Luego,
a la tierra. Decir
hay un sueño que espera ser soñado.
Un sueño espera ser soñado.
La boca seca. No hay
saliva. Alzar los ojos,
donde los gavilanes
y los misiles. No, los ojos
a ras de suelo,
donde la hierba,
entre la herrumbre,
donde la hierba arde
verde y poderosa.
He perdido las armas.
He tirado el escudo.
De entre todas las verdades elijo
una sola: la caricia del sol
en el tronco de mi alma
calcinada.
5. El despertar
En los bordes del sueño abre
los ojos. Sin abrirlos. Algo
despierta,
la conciencia de una
continuidad.
De otra
continuidad. Y, entonces,
el milagro: la hierba.
Bajo los pies, creciendo.
¡La hierba!
Heme aquí raíz...
Heme aquí raíz,
savia de impulsos ascendentes,
madre aún,
posible siempre,
anticipada gestación
de un porvenir intruso,
intrusa de un presente
que desestima
el valor de nacer
a sí mismo de nuevo.
Heme aquí clavando
mis ojos
de savia encarcelada
en los troncos vacíos de los árboles
muertos,
heme aquí creyendo,
queriendo creer
en la impostura de las ruinas,
en el candor del desastre,
el valor de lo opaco,
la calidez del humo en los rescoldos.
Heme aquí,
heme aquí,
he aquí que me atrevo
a creer en las ruinas.
¡Me atrevo a creer en las ruinas!
De "Conjuros" 2001
Elementos bucólicos le dan al poema verdor y belleza.
ResponderEliminarUna maravilla . Gracias.
amelia arellano
Versos repetidos , insistentes, que afirman lo pastoril del vuelo a veces a ras otras en altura y trazan filigranas con lo humano.
ResponderEliminarCelmiro
muy bueno.....
ResponderEliminarmis felicitaciones
maria cristina drese