Ella va caminado por la banquina izquierda de la ruta. Cuando ve margaritas silvestres junta las manos, mira el cielo y luego las va arrancando casi con pereza, las observa una a una, las aprieta contra el pecho y prosigue la marcha.
Él va caminando por la banquina derecha de la ruta, mira los cactus, observa, toca las espinas mientras piensa en un gran ramo de flores que deseó comprar para ella, con la negativa de sus bolsillos transparentes de tan vacíos.
En un recodo se juntaron: silencio, cielo, manos juntas... Y una danza de pasiones fulguró en el despoblado..
Al llegar al ensamble de rutas, ella caminó hacia la derecha y él hacia la izquierda.
Estrellas y luciérnagas competían, ella se sintió blanca y sonrió por tener un corazón amarillo.
Él se concentró en sus deseos ahogados y se acostó sobre el césped mirando las estrellas y dispuesto a soñar con un gran ramo de novia.-
Betty Badaui
Qué hermosa ilustración que colocaron, gracias Andrés, gracias Ester.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Un relato donde prima la ternura, la serenidad poética y el lenguaje sereno de un cuento de hadas. Gracias Betty.
ResponderEliminarHermoso Betty. Uno para la izquierda , otro para la derecha , pero el mundo es circular...y hay cielos y margaritas silvestres.
ResponderEliminaramelia
Tus textos tienen la magia de siempre, esa marca de ternura que subyuga, ese tinte de tu persona. Un abrazo Betty querida
ResponderEliminarLily Chavez
Cuando el destino junta dos corazones soñadores toda la alquimia se propaga y lo mágico y lo físico dan el resultado de este hermoso relato.
ResponderEliminarBetty todo el amor y el afecto en tus letras.
CELMIRO KORYTO
Casi un poema en prosa que brilla por la ternura que emanan las palabras hilvanadas con maestría, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarProsa poética para dos caminos, dos destinos, dos corazones. Un encanto su lectura. Felicitaciones, Betty, y cariños.
ResponderEliminarAves del cielo es mi nombre registrado en Google. Soy Marita Ragozza
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