"Al escribir, creemos que inventamos pero recordamos mal"
En un ciclo sobre el cuento, el escritor explicó los secretos y claves de su escritura.
-Por Julian Lopez –
Sorprende llegar a la cita una veintena de minutos antes y encontrar la sala llena. Sorprende que a poco de que aparezca Abelardo Castillo, el primero de los escritores convocados a este ciclo, el público se siente hasta en el piso y colme el espacio, ávido por escuchar la voz cavernosa del autor de El que tiene sed, entre muchos otros. Sorprende, también, que al inicio de la charla Castillo descerraje que no cree en los géneros literarios. "He escrito todos los géneros dice y hay una diferencia muy grande entre ser un escritor de género y ser un escritor. Los autores con los que me formé, Unamuno, Sartre, e incluso Borges que no creía en la novela, escribieron todos los géneros. Para mí la literatura es "el" género, un derivado de la poesía; todo, en el fondo, es la poesía y sus diferentes formas pueden ser el teatro, el cuento, la novela".
Luego de esta introducción contundente, Castillo leyó su cuento fantástico El tiempo de Milena que el auditorio siguió con atención, tomando nota de las preguntas que el autor contestaría luego.
"Instrucciones para leer un cuento 2011", en El Ateneo Grand Splendid, arrancó esta semana de manera más que auspiciosa, moderado por el periodista Maximiliano Tomas y, a lo largo de junio, sumará la presencia de Alan Pauls, Fabián Casas y Carlos Gamerro.
Avisada del evento, la gente pareció querer aprovechar al máximo la presencia de este escritor que tiene la costumbre de no aparecer demasiado en los circuitos habituales y eludir las entrevistas.
Las preguntas de los asistentes volvieron sobre la cuestión del género fantástico y otra vez el autor la cargó con munición pesada: "Siempre escribí cuento fantástico y no hago ninguna diferencia con los otros, para mí no hay un mundo real, hay muchos mundos reales, el de la locura es sólo otro de los mundos reales. Lo que pasa es que en los 60, para un escritor de izquierda, escribir cuento fantástico estaba casi prohibido. Ése género pertenecía a la derecha y tuvo que aparecer Julio Cortázar para justificarlo también desde la izquierda. Eso me autorizó a hacer lo que ya venía haciendo desde Las otras puertas , mi primer libro del que se cumplen 50 años".
Preguntado específicamente acerca de su faena, Castillo respondió: "Nunca me siento a escribir un cuento si no tengo resuelto el final y no solamente el final sino, a veces, la textura de la prosa y los tiempos verbales. Necesito tenerlo completamente estructurado, por eso tardo tanto en escribir. Y volviendo al tema de lo fantástico ¿cómo se justifica ese procedimiento en un cuento? Si yo me pongo a explicar demasiado lo más probable es que el lector empiece a sospechar, a imponer su incredulidad y a cuestionar mis razones. Por eso, si acá hay escritores de género fantástico yo les recomiendo que sean lo suficientemente ambiguos y vagos como para responder a las preguntas antes de que se las planteen; como dice el protagonista de mi cuento, `cuando lo imposible empieza a suceder, lo mejor es tomarlo con naturalidad’".
Dispuesto a contestar hasta que no hubiera más preguntas, Castillo brindó una charla plagada de perlas acerca de su escritura.
¿Cómo se le ocurren las historias?, disparó hacia el final una de las más jóvenes entre los asistentes: "No lo sé se sinceró con picardía el autor, yo siempre pensé que lo que se llama imaginación es una pésima mezcla entre mala memoria y mala fe: creemos que estamos inventando pero recordamos mal." ■
Luego de esta introducción contundente, Castillo leyó su cuento fantástico El tiempo de Milena que el auditorio siguió con atención, tomando nota de las preguntas que el autor contestaría luego.
"Instrucciones para leer un cuento 2011", en El Ateneo Grand Splendid, arrancó esta semana de manera más que auspiciosa, moderado por el periodista Maximiliano Tomas y, a lo largo de junio, sumará la presencia de Alan Pauls, Fabián Casas y Carlos Gamerro.
Avisada del evento, la gente pareció querer aprovechar al máximo la presencia de este escritor que tiene la costumbre de no aparecer demasiado en los circuitos habituales y eludir las entrevistas.
Las preguntas de los asistentes volvieron sobre la cuestión del género fantástico y otra vez el autor la cargó con munición pesada: "Siempre escribí cuento fantástico y no hago ninguna diferencia con los otros, para mí no hay un mundo real, hay muchos mundos reales, el de la locura es sólo otro de los mundos reales. Lo que pasa es que en los 60, para un escritor de izquierda, escribir cuento fantástico estaba casi prohibido. Ése género pertenecía a la derecha y tuvo que aparecer Julio Cortázar para justificarlo también desde la izquierda. Eso me autorizó a hacer lo que ya venía haciendo desde Las otras puertas , mi primer libro del que se cumplen 50 años".
Preguntado específicamente acerca de su faena, Castillo respondió: "Nunca me siento a escribir un cuento si no tengo resuelto el final y no solamente el final sino, a veces, la textura de la prosa y los tiempos verbales. Necesito tenerlo completamente estructurado, por eso tardo tanto en escribir. Y volviendo al tema de lo fantástico ¿cómo se justifica ese procedimiento en un cuento? Si yo me pongo a explicar demasiado lo más probable es que el lector empiece a sospechar, a imponer su incredulidad y a cuestionar mis razones. Por eso, si acá hay escritores de género fantástico yo les recomiendo que sean lo suficientemente ambiguos y vagos como para responder a las preguntas antes de que se las planteen; como dice el protagonista de mi cuento, `cuando lo imposible empieza a suceder, lo mejor es tomarlo con naturalidad’".
Dispuesto a contestar hasta que no hubiera más preguntas, Castillo brindó una charla plagada de perlas acerca de su escritura.
¿Cómo se le ocurren las historias?, disparó hacia el final una de las más jóvenes entre los asistentes: "No lo sé se sinceró con picardía el autor, yo siempre pensé que lo que se llama imaginación es una pésima mezcla entre mala memoria y mala fe: creemos que estamos inventando pero recordamos mal." ■
En "El oficio de mentir" Abelardo Castillo habla sobre su oficio de escritor con anécdotas y opiniones sobre colegas. Con ingenio y una escritura traviesa y original, tal vez algo "yoyosa" pero en fin, su trayectoria le permite usar algunas frases de ego suave y picante.
ResponderEliminarCoincido con el autor en su mirada sobre la literatura y los "inventos" aunque sea de lo mas sofisticado , creo , ya estuvo en otra mente.
ResponderEliminarGracias.
amelia
Puede que este todo inventado y todas las mentiras hayan sido dichas pero al escribir y reescribir los temas lo único importante será el tratamiento, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarAh, coincido plenamente con Arturo. No creo que importe reescribir sobre temas ya visto, sino el estilo, el modo, el tratamiento que cada uno le de. Algunos lo harán magistralmente, otros hundirán la idea o flotarán en ella.
ResponderEliminarLily Chavez