MÁXIMO SIMPSON Y EL EDITOR |
SONATA
Toca el violín la casa:
se asoma de sí misma,
se sale de la casa,
y le atraen vacíos hacia arriba y abajo.
Toca el violín la casa,
tiemblan sótanos negros de cólera indecisa,
tiembla toda la casa con su gran cuerda humana
cuando suena el violín violento de la casa.
La casa tiene lámparas votivas,
roperos tristes,
ventanas que miran hacia dentro.
de Máximo Simpson, Buenos Aires, Argentina
De "Antología poética".
se asoma de sí misma,
se sale de la casa,
y le atraen vacíos hacia arriba y abajo.
Toca el violín la casa,
tiemblan sótanos negros de cólera indecisa,
tiembla toda la casa con su gran cuerda humana
cuando suena el violín violento de la casa.
La casa tiene lámparas votivas,
roperos tristes,
ventanas que miran hacia dentro.
de Máximo Simpson, Buenos Aires, Argentina
De "Antología poética".
A FIN DE CUENTAS
aún no he podido arborecer,
y mi charla fue siempre un balbuceo,
ambiguo, sospechoso.
Algo les falta aún a mis sentidos
para olfatear la dicha,
la fe de los creyentes,
esa fe que resiste
la prueba irrefutable del más ronco alarido.
Aún no alcanzan mis pies para llegar
a las fronteras de ninguna parte.
Soy un hombre inconcluso,
y ya es un poco tarde para intentar de nuevo
mejorar mis reflejos,
o esperar con paciencia
el crecimiento firme de aletas y de branquias,
de ruedas vigorosas,
pues la nada me espera en cualquier sitio,
tal vez en la cocina,
tal vez mientras escribo
esta trivial noticia de mis días
y mi charla fue siempre un balbuceo,
ambiguo, sospechoso.
Algo les falta aún a mis sentidos
para olfatear la dicha,
la fe de los creyentes,
esa fe que resiste
la prueba irrefutable del más ronco alarido.
Aún no alcanzan mis pies para llegar
a las fronteras de ninguna parte.
Soy un hombre inconcluso,
y ya es un poco tarde para intentar de nuevo
mejorar mis reflejos,
o esperar con paciencia
el crecimiento firme de aletas y de branquias,
de ruedas vigorosas,
pues la nada me espera en cualquier sitio,
tal vez en la cocina,
tal vez mientras escribo
esta trivial noticia de mis días
Menos mal que Máximo se considera un hombre inconcluso, por eso maravilla en su " estar camino de arborecer".El primer poema puede ser leído eternamente.
ResponderEliminarGran alegría leer al Maestro.
MARITA RAGOZZA
"A fin de cuentas" la poesía es un río que cuenta a las piedras nuestra vida. No nos engañe maestro, sus pies pueden llegar a dónde sea y nada más lejos que de hombre inconcluso. La felicidad de leer estos poemas y reconocer en esa fotografía esos ojos tiernos que parecen quedarse siempre contemplando. Un abrazo a la distancia, aunque quien dice, dentro de muy poco pueda acortarla.
ResponderEliminarLily Chavez
A fin de cuentas Máximo es la verdadera sonata que siempre oímos,palpamos y vivimos cada vez que nuestros ojos se pierden en su tierna letra.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
"Soy un hombre inconcluso,
ResponderEliminary ya es un poco tarde para intentar de nuevo
mejorar mis reflejos...". Hermano Máximo, todos AL FIN DE CUENTAS somos hombres inconclusos. No preocuparse, que todos caemos y al final nos levantamos al grito de "Levántate y anda": no hay mejor prueba que vos,
Andrés
La poesía también son palabras que se deprimen, entristecen y de golpe, se levanta y toma fuerza, como los hombres en la vida.
ResponderEliminarFelicito a Simpson por esta belleza de poesía
Pedro Altamirano
Te llaman "maestro", la baba se desliza como un ofidio cuando mencionan o escriben tu nombre; saltaron a la gran oportunidad de escribirte, "amarte", usarte como un trampolín para la "fama es puro cuento"... Así son, paraofidias proclives a recibir tu atención. No te conocen ni te conocieron ni te van conocer. Pero el vocabulario admirativo rebota entre elogios pegajosos y tebeos de sonajero, palabrerío dulce, falso y vacío. Admiración por tu lucidez y comprensión del mundo real: sos un caso de hombría y humanidad.
ResponderEliminarTu amigo hermano de 1929. Andrés de Caballito
Que comentario doloroso, en verdad. Creo que el sabio poeta esto ha de saberlo y suponerlo de memoria. No entiendo el incluir este comentario aqui de parte del editor que sin duda lo conoce al Maestro de toda la vida. Creo que debería de haber sido dirigido a quién o a quiénes se atribuyan esas duras apreciaciones. Creo que acá sólo lastiman el respeto y la admiración que se le tiene a un Maestro de la poesía con todas las letras.
ResponderEliminarRespetuosamente
Maria Luisa Canevar¨- La Plata
Ayer tuve el enorme placer de escuchar poemas de Máximo Simpson leídos por el autor. Estoy maravillada, ya que no conozco mucho de poesía actual argentina. Una maravilla, me conmovió. Nela Almagro, CABA
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