Un abril de hojas cayendo en el recuerdo
delantales blancos y un beso que se queda
el aroma del pan entre arboledas
y la baldosa floja, que salpica y rezonga
el tiempo que se queda dormido en la vereda.
Duras geografias, conviven con el tango
atrapadas en plazas, con flores del asfalto
que ignoran el apuro, de febriles laberintos
con la espontanea charla del vecino del barrio.
En un eterno intento, de alcanzar a las Pléyades
la constelacion de Orion en noches estrelladas
se nutre del silencio, de la vecina muerta
y del silbido triste, nostágico de un tango
cuando el ciego que fuma sentado en esa puerta
le sucede la angustia. Lo acorrala la ausencia.
Carmen Passano
delantales blancos y un beso que se queda
el aroma del pan entre arboledas
y la baldosa floja, que salpica y rezonga
el tiempo que se queda dormido en la vereda.
Duras geografias, conviven con el tango
atrapadas en plazas, con flores del asfalto
que ignoran el apuro, de febriles laberintos
con la espontanea charla del vecino del barrio.
En un eterno intento, de alcanzar a las Pléyades
la constelacion de Orion en noches estrelladas
se nutre del silencio, de la vecina muerta
y del silbido triste, nostágico de un tango
cuando el ciego que fuma sentado en esa puerta
le sucede la angustia. Lo acorrala la ausencia.
Carmen Passano
Muy bueno Carmen ! Un poema musical ,en tiempo de tango, diría.Hasta el tono emcional , acompaña.
ResponderEliminaramelia
Disfruté de este poema, decididamente, me pudo su musicalidad. Felicitaciones
ResponderEliminarLily Chavez
Me acorralan sin ausencia estos versos que tiñen de tango con su ritmo este abril de hojas que lentamente inquieta.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
se entreveran letras poéticas de tangos traídas por la inquietud de Carmen Passano. Melancolía bien dosificada. Gracias Carmen,
ResponderEliminar