domingo, 28 de noviembre de 2010

 FRANCISCO LOPEZ MERINO 




Nació en La Plata, el 6 de junio de 1904. En 1920 publicó en forma de plaqueta o folleto “Horas de amor” un conjunto de nueve poemas que luego fueran víctima de autocensura. El 1921 escribió otra colección de poemas titulada Fragmentos de un libro inconcluso, dividida en tres secciones: El espejo de mi interior”, ·Del eterno femenino” y “Cantos”, composiciones que nunca fueron publicadas. Su poema “El alma se llena de estrellas…” formaba ya parte de estos textos y con posterioridad fue incluido en su libro Tono Menor (1923). López Merino publicaba sus poesías en diferentes diarios y revistas del país, fundamentalmente en El día y El Argentino de La Plata; la Revista Crónica Social de la misma ciudad y El cronista, diario de Chascomús. En la revista Valoraciones, editada por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), escribió dos notas bibliográficas: la primera se refiere al libro de poesías El árbol, el pájaro y la fuente (1923), de Córdova Iturburu, y la segunda se ocupa del libro de poesías El Imaginero (1927), de Ricardo Molinari. Publicó su libro Las Tardes (1925). Los diarios más significativos del país elogiaron los méritos literarios del joven escritor. En 1931, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, se editan sus Obras Completas, La Plata. El día 22 de Mayo de 1928, el escritor había decidido poner fin a su vida.
Jorge Luis Borges escribió para Francisco López Merino la siguiente prosa:
Si te cubriste, por deliberada mano, de muerte, si tu voluntad fue rehusar todas las mañanas del mundo, es inútil que palabras rechazadas te soliciten, predestinadas a imposibilidad y derrota.
Sólo nos queda entonces decir el deshonor de las rosas que no supieron demorarte, el oprobio del día que te permitió el balazo y el fin. ¿Qué sabrá oponer nuestra voz a lo confirmado por la disolución, la lágrima, el mármol? Pero hay ternuras que por ninguna muerte son menos: las íntimas, indescifrables noticias que nos cuenta la música, la patria que condesciende a higueras y aljibe, la gravitación del amor, que nos justifica.
Pienso en ellas y pienso también, amigo escondido, que tal vez a imagen de la predilección, obramos la muerte, que la supiste de campanas, niña y graciosa, hermana de tu aplicada letra de colegial, y que hubieras querido distraerte en ellas como en un sueño.
Si esto es verdad y si cuando el tiempo nos deja, nos queda un sedimento de eternidad, un gusto del mundo, entonces es ligera tu muerte, como los versos en que siempre estás esperándonos, entonces no profanarán tu tiniebla estas amistades que invocan.


De viaje

Un niño, frente a mí, va mirando el paisaje;
sus ojillos descubren las flores campesinas
y como el tren se lanza por valles y colinas
este niño se llena de emoción en el viaje.

Silabea palabras que apenas oigo, asombra
esa mirada suya penetrante y tranquila,
se dijera que ansía que su clara pupila
aprisione los bellos pormenores que nombra.

Los demás, abstraídos, el paisaje olvidamos.
El pensamiento nuestro cesa de hilar, reposa...
Yo me he dicho ante el niño que admira el
cielo rosa:
él es el más poeta de los que aquí viajamos.

Calle

Amo el silencio humilde de esta calle
ennoblecida de árboles serenos
por donde nunca pasó otra alma
que no sea la del viento...
Las nubes se detienen a mirarla
con sus ojos etéreos,
y saben, por la ausencia de las hojas,
si está en ella el otoño o el invierno.
Amo el silencio humilde de esta calle
ennoblecida de árboles serenos
por donde caminé tantos domingos
con mi pequeño huerto de recuerdos...
Cuando yo muera, amigo, habrá quedado
en esta calle lo mejor que tengo:
El rosal escondido de mis penas
y la música vaga de mis sueños... 

Las Tardes

Siempre estás como ausente de la tarde. ¿Qué lago
invisible y lejano recogerá tu imagen?.
Líquido estremecido por un perfil tan vago
se tornará sensible cuando los astros bajen.

Temo quebrar la magia de tus vírgenes sendas
con la torpe palabra que mi labio pronuncia.
Tendré que ser más leve para que me comprendas,
o tú bajar al mundo como agua que renuncia.

Siempre estás como ausente de la tarde. ¿Qué brisa
se lleva tu silencio cargado de leyendas?.
De paisajes soñados se nutre tu sonrisa
Tendré que ser más leve para que me comprendas.
Francisco López Merino.

8 comentarios:

  1. Se sabe porqué se mató. Me movilizó toda, como poeta, pensando en estos poemas tan maduros para su edad y que Borges le dedicara esa prosa, dos poetas en una entrega muy buena. No puedo entrar a ver todo junto pero este domingo se presenta de buena lectura. Y me quedo con ese último verso Tendré que ser mas leve para que me comprendas. Bello, bello.

    María Esther Martinez

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  2. Poesía super sensible. Y sí, uno se pregunta cual breve su vida y tanto que hizo y dio por la palabra. Tal vez eso impactara a Borges , tal vez sea el motivo de sentirnos movilizados como dice María Esther. Uno piensa en todo lo que pudo haber dado, en qué cosas pasan por la cabeza de alguien que se quita la vida pero bueno., aquí su poesía y como el propio Francisco dice en uno de sus versos..."¿que brida se lleva tu silencio cargado de leyendas?


    Lily Chavez

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  3. HE DISFRUTADO TANTO DE LA POESÍA DE FRANCISCO COMO DE LA PROSA DE BORGES. "cUANDO EL TIEMPO NOS DEJA, NOS QUEDA UN SEDIMENTO DE ETERNIDAD, UN GUSTO DEL MUNDO..." TENGO QUE TOMAR AIRE, LA REVISTA ME ALEGRO EL DOMINGO CON TANTA BUENA COSA. FELICITACIONES

    EDGAR BUSTOS

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  4. Que jovencito murió. Me estremece pensar si hay razones suficientes. Poemas que parecen escritos por una persona de más edad, y esa detenida observación que se nota en ellos. Lo de Borges un aporte más que halaga aún mas la obra de Francisco Lopez Merino.

    Irene

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  5. Que coincidencia. Hace poco leía un artículo de poetas fallecidos jóvenes y ahi supe de Francisco Lopez Merino pero era como un ensayo, no lo había leído. Más que buenos los poemas.

    Lalo Ledesma

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  6. Me matan cuando se suicidan con toda la vida por delante. Quiero pensar en el magnífico futuro que tenía como poeta. La muerte en estos días me ha tocado muy de cerca, y leer a Lopez Merino ha sacudido mi corazón.

    Andrea Casas

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  7. Andrés: Francisco López Merino -platense-integró la lista de poetas que decidieron su muerte, junto a Ripa Alberdi y Delheye. Se la dio en llamar "los poetas de la primavera trágica". Excelente material, un abrazo,

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  8. Hay una Biblioteca Popular en La Plata que lleva el nombre de este escritor,además de ser enunciado y homenajeado en los actos culturales.
    Leí poco de él, y no sabía la historia de su vida. Llama la atención su juventud y la madurez de sus letras. Me fascinó el poema titulado "Las tardes".
    MARITA RAGOZZA

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