domingo, 28 de noviembre de 2010

ESTELA SMANIA


ARTESANIAS LITERARIAS  publicó de Estela Smania, narradora y poeta nacida en Entre Ríos, cuentos y poesía. Los Malaventurados (2000) es una novela breve, publicada originariamente con el título Bien demás, que recibió una serie de distinciones a nivel municipal, provincial, nacional e internacional ; Segundo Premio Municipal de Literatura Luis de Tejeda, 1992, Córdoba. Premio Nacional de Literatura Leopoldo Lugones y Finalista Premio Casa de las América , Cuba.  Como sus capítulos son breves y pueden leerse en forma independiente, este editor ha decidido ofrecerles este interesante material por capítulos.


La araminta

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tu fuiste el milagro
Pablo Neruda.


Ya llevaba algunos años amañada con el Jacinto y aún no le había sido concedida la gracia. La Araminta se sentía como tierra de secano, asolada por los vientos de la desesperación, cuarteada por los fríos de la soledad, hambreada por las ganas de una ternura que se le negaba. Cada día, apenas despuntaba el sol, salía a caminar por el monte largas horas hasta que los pies, amarillos de aromos, le echaban sangre. Perseguía las cabras para mirarlas amamantar a sus crías, buscaba un duraznero en flor, descubría el lugar donde los pájaros tejen sus nidos, donde empollan las gallinas, donde se requiebran el caballo y la yegua. Después, casi a la oración, regresaba al rancho. El marido la curaba, le humedecía la cabeza ardida por la resolana, le ataba una vincha de cuero de iguana y le medía la pena en la mirada.
          -El infierno está aquí, en la tierra – susurraba, mientras el Jacinto se preguntaba qué pecados tenían que purgar él y ella, mitad mujer y mitad niña.
          -El gallo cantó impar y fue a la noche – repetía buscando la oscura causa de sus males.

          Cuando la vida se le caía a pedazos por falta de apego, fua a ver a la vieja. Doña Sacramento la escuchó en silencio. Silencio por fuera y silencio por dentro, que es la mejor forma de escuchar. La Araminta quería un hijo. De su hombre o si no quedaba otro remedio, de algún ánima bondadosa, de las que todavía flotan sobre la tierra realizando buenas acciones que les permitan subir al cielo. La vieja no tuvo dudas sobres las ganas de la Araminta que se le aparecían en el rostro a través de unas ojeras profundas y violáceas. La Araminta quería reverdecer como los árboles en primavera y que los pechos se le llenaran de jugo tibio y dulzón como a las tunas del monte. Doña Sacramento le recetó unas infusiones de culantrillo cada mañana antes del primer mate, la frotó con leche de cabra recién ordeñada y rumió unas oraciones.
          La Araminta cumplió con la receta durante meses y cuando sintió en el vientre abultado, signos evidentes de vida, corrió a contarle a doña Sacramento que se había duplicado. Le agradeció la ayuda con un montón de palabras que ni ella misma sabía que tenía adentro y con un cuarto de cabrito bien adobado con ají picante. La vieja sin mostrar asombro por lo que la Araminta llamaba – el milagro- le ofreció, antes de que se marchara, una botella que sólo parecía contener agua y le recomendó que cada noche rociara las espaldas del niño, porque sin duda se trataba de un varón, para que las alas le fueran creciendo y no se le secaran como a la mayoría de la gente, y un día echara a volar, como estaba escrito.
          Cuando el niño nació a la vida como un fruto maduro, el rancho se llenó de canciones de cuna, de manos que aleteaban, de leche tibia y dulzona y de paños que se secaban al sol y flameaban como banderas.
          La Araminta, con la constancia que da el amor, ejecutaba el rito de humedecer las espaldas del hijo, que era la viva estampa del Jacinto, sabedora de que regaba su soledad de un día.

9 comentarios:

  1. Me parece estar viento a la Araminta (qué nombre para el personaje!) todo lo que cuenta es tan de nuestro interior, del campo , que se me llenan los ojos de luces, de recuerdos, de pensamientos simples y profundos a la vez, como los pensamientos de la gente de pueblo.Una grande Estela!

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  2. Perdón me olvidé de poner el nombre en el comentario.

    Lily Chavez

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  3. USTED LO HA DICHO MUY BIEN SEÑORA. COMO EN LOS PUEBLOS, COMO EN LOS RINCONES PERDIDOS DEL MONTE DONDE ESTOS PENSAMIENTOS SON COSAS DE TODOS LOS DIAS. LO QUE NO ES COSA DE TODOS LOS DÍAS ES LA EXQUISITEZ DE LA NARRADORA. FELICITACIONES

    EDGAR BUSTOS

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  4. Qué bien contado este relato. Y han sido muchos los premios recibidos, por algo será no?
    He leído poesía de Estela Smania , es una gran poeta.
    Felicito a la poeta y a la revista por traerla.

    Irene

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  5. A ver si entendí bien. Esto es parte de una novela y cada una de las entregas es un capítulo? Si es así, les pido al editor que vaya preparando el próximo, porque me intriga ese final, tan curioso de humedecer la espalda del hijo y lo que le dijo la curandera. Muy bien contado. Hermoso

    Andrea Casas

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  6. Un fragmento colmado de metáforas, olores y colores ¡muy bueno! Carlos Arturo Trinelli

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  7. Quer hermoso,cuento, te lleva a ese paisaje,relamente,me gusto mucho
    Marite

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  8. Me encantó este relato tan lleno de mitos y costumbres propias de la gente sencilla de nuestros pueblos.Además en ciertos párrafos hay un lenguaje poético muy hermoso.
    Felicitaciones a Artesanías por dárnosla a conocer.
    Cariños
    Juany Rojas

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  9. Estela, gran escritora y reconocida en Çórdoba y el país, Argentina. Relata como pocos las realidades del hombre, ya sea de campo como en este caso o de la ciudad. Amor Mío, y Mamita (creo es el título asignado a un relato sobre hogares para ancianos), son mis preferidos. Este, excelente. Felicitaciones para Estela, gracias para Artesanías. marta comelli

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