miércoles, 20 de octubre de 2010

POEMAS DE  POETAS LATINOAMERICANOS


Vientre profeta sin tiempo


Por Miguel Ángel Bustos
de "Visión de los hijos del mal" (1967)

Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral de tinieblas.

 La Violencia de las Horas

Por César Vallejo

Todos han muerto.
Murió doña Antonia, la ronca, que hacía pan barato en el burgo.
Murió el cura Santiago, a quien placía le saludasen los jóvenes y las mozas, respondiéndoles a todos, indistintamente: "Buenos días, José! Buenos días, María!"
Murió aquella joven rubia, Carlota, dejando un hijito de meses, que luego también murió a los ocho días de la madre.
Murió mi tía Albina, que solía cantar tiempos y modos de heredad, en tanto cosía en los corredores, para Isidora, la criada de oficio, la honrosísima mujer.
Murió un viejo tuerto, su nombre no recuerdo, pero dormía al sol de la mañana, sentado ante la puerta del hojalatero de la esquina.
Murió Rayo, el perro de mi altura, herido de un balazo de no se sabe quién.
Murió Lucas, mi cuñado en la paz de las cinturas, de quien me acuerdo cuando llueve y no hay nadie en mi experiencia.
Murió en mi revólver mi madre, en mi puño mi hermana y mi hermano en mi víscera sangrienta, los tres ligados por un género triste de tristeza, en el mes de agosto de años sucesivos.
Murió el músico Méndez, alto y muy borracho, que solfeaba en su clarinete tocatas melancólicas, a cuyo articulado se dormían las gallinas de mi barrio, mucho antes de que el sol se fuese.
Murió mi eternidad y estoy velándola.

La Esperanza

Por Delmira Agustini

Soy el dulce consuelo del que sufre,
Soy bálsamo que alienta al afligido,
Y soy quien muchas veces salva al hombre
Del crimen o el suicidio.
Yo le sirvo al mortal que me alimenta
Contra el dolor de sin igual muralla,
Soy quien seca su llanto dolorido
Y calma su pesar ¡Soy la Esperanza!

Puerto
Por Jacobo Fijman
Amanecer de invierno.
Un puerto.
Ha roto su órbita un silbato
sobre los hombros de la bruma.
Lamentación del mar
y cobres de los horizontes.
Se contraen las torres silenciosas;
beben las calles gritos
en sus campanas.
En las piedras
quiere tallarse el viento.

4 comentarios:

  1. ALELUYA! TODO JUNTO, ESTOS MAGISTRALES AUTORES LLEGANDO CON SU POESÍA COMO SI FUERAMOS PIEDRAS Y ALLI QUISIERA TALLARSE EL VIENTO (FIJMAN)

    FELICITACIONES A LA REVISTA POR ESTA MAGNÍFICA ENTREGA

    EDGAR BUSTOS

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  2. Vallejo es el padre de todo ésto. Un padre que abandona con culpa y que perdonamos. Para todos los muertos de mi felicidad. Jorge Rossi

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  3. Tengo la misma alegría que Edgar, me encantan estos autores pero....un poemita de cada uno Aldao, no podrían haber sido más? me quedé con ganas de rastrear en mi biblioteca más de ellos. Una belleza, la obra poética de Miguel Angel Bustos que salió el año pasado es muy buena y Fijman decididamente un genio.Imperdible esta entrega.

    Lily Chavez

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  4. Todos unos capos. Felicitaciones!

    Lalo Ledesma

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